Aunque pueda parecer increíble a priori, la mentalidad de muchas de las mujeres que vivieron en la época de Franco se debe a la propaganda y educación que está sección impartía a través de campamentos, albergues y diversos medios a toda la población de sexo femenino con edad de entre 17 y 35 años.
Cuando en la clase de TIC se hablaba de este tema me impactó el hecho de ver como el poder de imponer una forma de ver el mundo a través del gobierno puede resultar viable aunque en la teoría pueda ser inconsistente, porque está claro que muchos pensarán que a toda una sociedad no se la puede obligar a pensar de una manera muy concreta, con una disciplina específica, ese modo de entender el matrimonio, los cuidados al marido y la absoluta sumisión a su figura, prácticamente el esposo pasa a ser, en este caso, sólo a ojos de su esposa, un ídolo, alguien a quién debe respetar por encima de todo.
No sé cómo era la mentalidad de aquella época, si las ideas que profesaba la Sección Femenina no estaban tan distanciadas de la II República, si la diversidad de opiniones sobre el matrimonio en distintos lugares de España era de un margen amplio o estrecho, y aquí entra lo más curioso de la Sección: ese efecto o interés del gobierno por la homogeneización ideológica de toda la sociedad, sin importar siquiera la heterogeneidad de puntos de vista, ese modo de distintos territorios de entender el concepto de matrimonio, todo queda diluido o difuminado por la sección femenina, porque impone solamente un enfoque.
Es interesante ver cómo un Estado, independientemente de su ideología o tipo de gobierno, puede cambiar el rumbo o progreso de una sociedad en cuanto a su mentalidad, su modo de relacionarse, en este caso, el trato que la esposa debe tener hacia su cónyuge.
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