jueves, 13 de febrero de 2014

Declaración Universal de los Derechos Humanos en la libertad de cada sociedad

Como se comentó en clase, los Derechos Humanos garantizan la realización y el respeto de los individuos entre sí, una delimitación de las libertades en pos de las de los otros, el no infringimiento del dolor ya sea por causas políticas, culturales, ideológicas o de cualquier otra índole o causa.

Llegados a este punto, no es que reflexionando pueda estar en desacuerdo sobre la finalidad que los derechos humanos tienen para el beneficio de todas las sociedades, así como una solidificación de las bases sobre las que estás puedan establecer un diálogo en un contexto pacífico; creo en este punto que el problema subyace cuando hay pueblos, sociedades, naciones que, estando muy apartadas de las sociedades europeas, tengan una cultura y unas tradiciones basadas en la violencia, y que en su mismo modo están arraigadas con una fuerte socialización, en otras palabras, la agresión o la producción de un dolor sobre otro individuo está aceptado por la mayoría de las personas, quienes se oponen a cualquier otro tipo de interpretación de sus costumbres.
¿Sería legítimo impedir la decisión de aquella sociedad de llevar a cabo sus prácticas culturales, por horribles que puedan parecer a priori? Responsabilizarse de las sociedades de todo el planeta puede dar lugar a la imposición y opresión de la libertad de otros, los valores éticos no son fijos ni verdades absolutas, desde mi punto de vista tienen una función social, algo que ayuda a su propio funcionamiento, el problema surge cuando una sociedad cree estar en posesión de la única verdad, aquella que cree que la predispone de los instrumentos necesarios (legítimos) sobre los que justifique la crítica sobre el otro, y no sobre la coacción que ejerce sobre los demás.

Pienso que es más importante delimitar las sociedades en pos de su decisión de llevar a cabo costumbres al margen de la aceptación de derechos que no han sido aprobados o consensuados por todo el planeta. Aquel que viva en la sociedad de la cual participa que tenga voz para intentar cambiarla, pero no la intención de decir a una sociedad de la cual ni siquiera ha visto, que no es lo que debe hacer. No tengo una línea de actuación ni unos criterios sobre los cuáles decidir donde termina una sociedad y empieza otra, pero creo que los derechos humanos deben defender más las libertades de cada sociedad que la denuncia de las costumbres de todas aquellas sociedades que no se ajustan a su punto de vista. Para terminar decir, que la libertad de la mayoría de una sociedad debe estar por delante de la universalidad de los derechos, en caso de que una sociedad se encontrase cohibida por una minoría, si sería necesario una crítica, no allí donde las costumbres son aceptadas por toda la sociedad, o al menos por su mayoría.

Para no dar por definitiva esta opinión, al igual que la cultura, las personas cambiamos con el tiempo, nuestro pensamiento por suerte no es siempre el mismo, no es inmutable, pues va adquiriendo nuevos matices, formas de razonar que nos hacen reflexionar sobre hechos y sucesos que nos abren los ojos o que nos aferran a nuestra idea. Lo que quiero decir es que todos aprendemos, pero para equivocarse y aprender mejor es preciso opinar (en este caso escribir) y luego observar desde donde te has levantado, espero que con el paso de este cuatrimestre pueda ver los puntos donde haya podido herrar no solo por falta de información sobre las sociedades y la Declaración de los Derechos Humanos, sino por el concepto de libertad y cultura que uno mismo tiene, y que distorsionamos o priorizamos uno antes que otro sin observar sus posibles consecuencias.

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