La diversidad cultural

La Animación sociocultural lleva como metodología, la inclusión y el respeto a la diversidad cultural pero, ¿Qué sucede cuando una cultura entra en conflicto con otra? Obviamente no estamos hablando de futuros hechos sino de sucesos ya acontecidos cuando nos referimos a este ámbito, por lo tanto en este caso, debemos tomar como referente la tolerancia y la mediación entre ambas culturas para poder soslayar el conflicto, de este modo, nuestra posición no se toma respecto a la cultura dominante ni tampoco a la minoritaria o más débil, sino desde un lugar neutro, tomando el respeto y el objetivo de la integración hacia otras culturas.

El educador debe entender que las catergorizaciones que cada individuo hace para entender la construcción del mundo en cuanto a la articulación y funcionamiento de las culturas son vitales para después saber como operan esos constructos para interpretar su propia cultura y las que están a su alrededor.
En este sentido, un sujeto que tiene la creencia de colocar a su cultura como universal y única, no podrá tener una actitud de respeto y aceptación hacia otras culturas distintas a la suya.

Debemos por lo tanto, operar sobre los valores de la igualdad y la comprensión de aquellos que piensan siempre desde el camino fácil, desde el lugar de los prejuicios y juicios poco sólidos, desde la mirada que descarta lo opuesto y se aferra a lo propio, desde el pensamiento que nubla y confunde la mirada que quiere ver más allá de su cultura y entender otras formas de vida y pensamiento.

Recordar que, no solamente está la cuestión de aceptar al "otro" que se toma por distinto sino de pensar que esto puede dar lugar al cambio de la propia cultura, entendiendo que si un sujeto puede cambiar y transformarse en pos de la apertura hacia la integración de otras culturas, su propia cultura también puede modificarse con el tiempo al igual que sus modos de entender a los demás y a sí mismo.

Romper las barreras sobre la creencia de aquellos que piensan desde la hegemonía de su cultura y costumbres es por supuesto, tarea acuciante de todo animador que debe aplicar allí donde surja el conflicto, allí donde pueda haber contraposición de ideas por motivos culturales donde la razón esté ausente o sea carente en la argumentación de verdades que unos creen ser eternas e inmunes a todo cambio. La razón es pues, herramienta con la que el animador debe hacer uso para llevar la tolerancia y la integración sobre todos los colectivos, sin priorizar a ninguno en particular, y manteniéndose al margen de cualquier posición que esté relacionada con el apoyo o animadversión hacia un grupo o colectivo.

Los prejuicios, las creencias, opiniones, pensamientos, juicios que versan sobre todas las culturas en general y que juzgan desmedidamente hechos e historias deben ser siempre críticamente analizados, esto es, pensar desde donde se habla y entender porque se parte desde ese lugar, en la mayoría de las ocasiones nos damos cuenta (por experiencia propia) que siempre partimos desde nuestra tradición y costumbres para criticar negativa y despectivamente las formas de otras culturas que "chocan" con la nuestra propia.

Es ahí donde vemos nuestro error, donde clarificamos nuestro modo de pensar y operar sobre las culturas, la diversidad solo es posible si rompemos estos esquemas y partimos desde bases más sólidas como la igualdad, el respeto hacia los demás, la tolerancia, etc.

En cuanto a lo que se ha hablado en clase respecto a esto, estoy de acuerdo que, la violencia o el daño sobre el otro, es inaceptable en cualquier cultura, y debe constituir un referente sobre el cuál, determinar si una cultura debe cambiar su modo de llevar a cabo prácticas tradicionales, puesto que el bienestar de todo individuo debe ser lo prioritario y lo más elemental.

Todas las prácticas que no lleven a cabo actos que no comprometan el estado físico y mental del individuo, no deben ser juzgadas desde criterios de nuestra cultura, sino desde concepciones integradoras y equitativas.
En definitiva, el relativismo cultural sirve para dilucidar nuevas formas de entender las culturas desde perspectivas contrapuestas a las interpretaciones que parten desde la tradición misma de cada uno, entendiendo que cada cultura es válida en sí misma, pero en este caso, no nos permite establecer un punto de encuentro entre la diversidad cultural, en el cual marcar un lugar de inflexión para comprender los valores que debemos perseguir.